2020
Catalina Jaramillo Quijano
26 de noviembre 2020-
No es la primera vez que Catalina Jaramillo Quijano es subversiva con los materiales y temas que utiliza. En obras anteriores el dibujo lo hacía con humo sobre madera o papel y, en otras, la cerámica tenía la tarea de completar escultóricamente los trozos arruinados de objetos de una casa incendiada. La decisión de utilizar elementos tan inestables y difíciles de controlar ha tenido como fin en su poética pervertir un poder supuestamente devastador. La complejidad de sus obras radica en el hecho de que estos elementos, en vez de destruir, construyen.
Si lo pensamos bien, esta es la misma idea que rodea a la alquimia y a la brujería y es también la línea transversal que está presente en Criminal tráfico de cosas divinas. Los trazos sobre el papel y el metal se presentan como señales que evocan la existencia secreta de un saber, de una historia que parece esquiva y en la tradición peligrosa. Las artes ocultas se presentan acá como un escenario privilegiado para que ella hoy pueda convertir la imagen en una posibilidad inmediata de conocimiento. En sus propias palabras: “cada dibujo se convierte en un medio de consulta e interpretación de hechos sin necesidad de algo más, la aproximación que existe es solo entre la obra y quien la mira”.
Ximena Gama